lunes, 31 de enero de 2011

JOSEP COLOM. Concierto de piano.


JOSEP COLOM, MESURA Y TÉCNICA EN UNA INTERPRETACIÓN PIANÍSTICA MAGISTRAL


Concierto de Piano: JOSEP COLOM. Programa: I.- F. Chopin. Nocturno nº 1 en Si bemol menor Op. 9; Balada nº 1 en Sol menor Op. 23; Nocturno nº 2 en Sol menor OP. 27; Balada nº 4 en Faa menor Op. 52; Berceuse en Re bemol menor Op. 57; Scherzo en Do sostenido menor Op. 37 II.- F. Liszt Sonata en Si menor
Lugar: Teatro Villamarta de Jerez. Día: 27 de enero de 2011. Ciclo cinco generaciones de pianistas españoles y un clavecinista.





Jesús Sánchez-Ferragut
El pianista barcelonés Josep Colom, a sus 64 años de edad, es actualmente uno de los más reconocidos pianistas españoles.

Ha obtenido a lo largo de su temprana carrera profesional premios como el de Paloma O´Shea de Santander o el Premio Nacional de Música, que le fue concedido por el Ministerio de Cultura.

En la actualidad, además de dar recitales, conciertos y acompañar a las grandes orquestas, es profesor de piano, impartiendo regularmente clases magistrales, y dedicándose a la docencia en el Aula de Música de la Universidad de Alcalá de Henares así como en el Conservatorio Superior de Música de Zaragoza.

Ha venido al Teatro Villamarta de la mano del Ciclo Cinco generaciones de pianistas españoles (y un clavecinista), del que también forman parte figuras como Achúcarro, Torres-Pardo o Perianes. Una interesante iniciativa del Teatro Villamarta, y que está teniendo muy buena acogida por parte del público. Para muestra, el concierto de Colom, que prácticamente llenó el patio de butacas del teatro jerezano.

La primera parte del concierto de Josep Colom estuvo enteramente dedicada a F. Chopin, donde en una interpretación sin solución de continuidad dio vida a los nocturnos 1 y 2; a las baladas 1 y 4; Berceuse op. 57 y un scherzo en Do sostenido menor.

Las versiones de los temas de Chopin de este pianista catalán estuvieron presididas por el saber de quien posee muchos años de meticulosa y rigurosa técnica pianística. De quien también ha estudiado dentro y fuera de España, en concreto en Francia. Sus interpretaciones de Chopin del pasado concierto en el Villamarta, contienen mucho de su visión libre de la obra, lo que sin duda hace reflexionar al espectador acerca de su manera con apasionamiento controlado, haciendo un uso mesurado, en todo momento, el rubato. El público asistente estuvo a la altura del concierto, reprimiendo el aplauso hasta la conclusión de la última pieza de esta primera parte. Un detalle de agradecer, además de evidenciar un buen conocimiento. Las formas y el respeto se agradecen.

Para la segunda parte, el programa nos reservó una obra clásica: La sonata en Si menor de F. Liszt. La obra de Liszt fue expertamente abordada por Colom, que desde su madurez, y con unidad de criterio en la interpretación, fue controlando a su medida la complejidad de una partitura que le permitió la utilización del rubato en las partes más tranquilas de la misma, a la vez que demostrar su capacidad de dominar la dificultosa ejecución de los pasajes briosos sin dar rienda suelta a una posible apasionada interpretación.

Un Josep Colom, maestro, poseedor de una exquisita técnica dejó gratamente impresionado al auditorio villamartino, que aplaudió y consiguió arrancarle dos bises de Chopin al pianista.

Publicado en:  http://www.diariobahiadecadiz.com/detalle-noticia-10451

lunes, 24 de enero de 2011

ÓPERA DON PASQUALE. TEATRO VILLAMARTA DE JEREZ



Foto JSF

Foto JSF

Foto JSF


EL VILLAMARTA ABRE LA TEMPORADA LÍRICA CON UNA ÓPERA ENTRETENIDA Y REDONDA



Sala: Teatro Villamarta de Jerez.
Obra: Don Pasquale, ópera bufa en tres actos, de Gaetano Donizetti.
Libreto de Giovanni Ruffini y Gaetano Donizetti
Fecha: 22 de enero de 2011
Reparto:
Don Pasquale: Rubén Amoretti
Norina: María Rey-Joly
Ernesto: Antonio Gandía
Doctor Malatesta: Enric Martínez Castignani
Notario: Hilario Abad.

Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Gianluca Martinenghi
Coro del Teatro Villamarta. Director: Juan Manuel Pérez Madueño.
Escenografía: Esmeralda Díaz. Iluminación: Eduardo Bravo. Figurines: Silvia García-Bravo. Coreografía: Antonio Perea




Jesús Sánchez-Ferragut
Si el año pasado el Teatro Villamarta de Jerez eligió uno de los clásicos de Mozart, Don Giovanni, para iniciar la Temporada, este año la decisión ha recaído sobre una obra del último de los belcantistas italianos, Gaetano Donizetti: Don Pasquale, una opera bufa en tres actos.

La versión de esta obra es una producción de La Asociación Amigos Canarios de la Ópera, y contó con la producción musical del Teatro Villamarta. La obra, ambientada originalmente en la época en que se representó por primera vez, 1843, en esta versión traslada la acción, novedosamente, a un crucero, con la finalidad de convertir la cotidianidad de las escenas domésticas, en situaciones típicas de actos sociales. La idea es buena, y resulta divertida, por cuanto le da un amplio abanico de posibilidades escénicas a la trama, que juega con la posibilidad de los exteriores e interiores del barco, tanto de día como de noche.

A su vez, los decorados utilizados son funcionales, basados en un elemento central que idealiza la figura del típico crucero de los años 30 del pasado s XX. Este elemento, se mueve de tal manera que es capaz de ambientar diferentes estancias, salas y camarotes del buque de pasajeros. En mi opinión, se trata de un trabajo excelente el desarrollado por Curro Carreres, director de escena y Esmeralda Díaz, responsable de la escenografía.

El efecto perseguido, intencionalmente, de recrear un filme de los años 30, en blanco y negro, es en parte conseguido, gracias al buen trabajo realizado por la iluminación, otro de los puntales de esta producción. Si embargo, y probablemente debido al carácter de ópera bufa que es Don Pasquale, el resultado a veces, en su conjunto me recordó también los dibujos de Tintín, -entiéndase esto como un valor añadido positivo, pues a mi, personalmente me encantan-.

El reparto contó con el bajo burgalés Rubén Amoretti, en el papel protagonista de Don Pasquale. Amoretti tuvo una actuación bastante notable, tanto en lo canoro como en la interpretación del papel. Su trabajo mantuvo el nivel de principio a fin, en una obra donde el papel reservado al bajo se correspondía en la época con los personajes de mayor edad y experiencia, al contrario que el que se reservaba a los tenores, que representaban a jóvenes. Su buen hacer se vio acompañado con una también muy buena dicción.

Del lado femenino, y en exclusividad, la soprano madrileña María Rey-Joly, que encarnó el papel de Norina, una joven despierta, graciosa, dotada impulso, y elegancia, pero sin perder la candidez. El personaje necesita ser puesto en escena por una soprano ligera con buenas dotes interpretativas, como las de la Rey-Joly, que le permitieron afrontarlo sobradamente, dando una gran credibilidad artística a una Norina que requiere numerosos y sutiles matices teatrales.

El tenor alicantino Antonio Gandía encarnó el personaje de Ernesto, sobrino de don Pasquale, y enamorado de Norina. Estuvo acertado en su representación, aunque algo irregular a lo largo de la misma, pero sin desmerecer en absoluto su papel en general, que fue del agrado del respetable.

El barítono italo-español Enric Martínez-Castignani tuvo una acertada noche en su interpretación del papel del doctor Malatesta. La representación de su personaje, divertido y enredante, convenció al público jerezano que aplaudió su interpretación y su buena dicción.

Esta primera representación lírica de la Temporada 2011 del Villamarta resultó ser una obra entretenida, agradable, redonda, y con un excelente trabajo de escenografía que la hace especialmente adecuada para un teatro de las características del Teatro Villamarta de Jerez.

Publicado en Diario Bahía de Cádiz:  http://www.diariobahiadecadiz.com/detalle-noticia-10342

martes, 18 de enero de 2011

16 AÑOS DE ESCLAVITUD Y OLVIDO EN LA URSS





LOS ÚLTIMOS AVIADORES DE LA REPÚBLICA. La cuarta expedición a Kirovabad


Carmen Calvo Jung. Ed. Ministerio de Defensa. Fundación AENA. Febrero de 2010



Jesús Sánchez-Ferragut
¿Por qué llegaron a coincidir, durante años de esclavitud y cautiverio, en un mismo GULAG de la Unión Soviética, los supervivientes de la División Azul, un grupo de pilotos de combate de la República Española y las tripulaciones de marinos de los barcos mercantes españoles incautados por Stalin en Odessa a comienzos de la Guerra Civil Española?

A esta pregunta llega de manera indirecta, Carmen Calvo Jung, autora del libro Los últimos aviadores de la República. Esta arquitecta berlinesa, autora de varios trabajos sobre Historia de la Arquitectura, ha sabido investigar y profundizar en un aspecto de la historia bastante desconocido hasta la fecha: La Unión Soviética no solamente suministró material de guerra a la República Española entre 1936 y 1939, sino que, también con cargo al “Oro de Moscú”, financió secretamente la formación de alumnos-pilotos de combate, enviados a Rusia por el Gobierno de la República Española.

El fin de la Guerra Civil Española sorprendió a las últimas promociones de estos alumnos-pilotos en la escuela de adiestramiento de Kirovabad. Poco después, acabarían confinados, sin juicio alguno, en el Gulag de Kok-Usek en Karaganda (la capital de los Gulags, según Alekxandr Solzhenitsyn).

El libro trata de una manera sorprendente y totalmente desconocida hasta la fecha, las implicaciones de Dolores Ibárruri, Juan Negrín, la República en el exilio, Franco, la Diplomacia de la Alemania Nazi de Hitler, Stalin y la Cruz Roja Internacional, en el destino de un contingente inicial de 180 alumnos-pilotos, y la miseria, cautividad y esclavitud que sufrieron en su periplo por gulags y campos de prisioneros, hasta que quedaron reducidos a un grupo de 12 “testarudos” que nunca quisieron adoptar la nacionalidad soviética, y renunciar a la española.

Tras la muerte del dictador Stalin, algunas prisioneras del GULAG de Karaganda, fueron liberadas. Entre ellas, las novias y parejas alemanas de estos pilotos, que al recobrar la libertad iniciaron un incesante trabajo con la Cruz Roja Internacional que culminó con la repatriación de aquéllos a España en 1954 a bordo del buque “Semíramis”.

Con la meta romántica del homenaje a un grupo de pilotos y marinos que nunca renunciaron a su condición de españoles, Carmen Calvo Jung, hace un excelente trabajo de investigación internacional de las circunstancias políticas, militares y sociales que llevaron a la República Española a enviar alumnos-pilotos a formarse a la URSS, y más tarde a desentenderse por completo de ellos.

JOVEN ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA

JOVEN PERO SUFICIENTEMENTE PREPARADA

JOVEN ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
Director: José Luis Estellés
Programa: I Alberto Ginastera: Variaciones concertantes, op. 23.
Nuria Núñez Hierro: Donde se forjan las quimeras
II L.V. Beethoven: Sinfonía nº 7 en La mayor, op.92
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 12 de enero de 2011. Asistencia: Completo
Calificación: *****





Jesús Sánchez-Ferragut


Con un lleno del Gran Teatro Falla, recibió Cádiz a la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE) en la apertura de la cuarta edición del programa “Tiempo de Cambios”, organizado por el Consorcio para la conmemoración del II centenario de la Constitución de 1812.

Y realmente la expectación creada por la orquesta resultó sobradamente justificada, pues fue un concierto de categoría el que ofreció la JONDE. La orquesta, dirigida con una excepcional maestría por José Luis Estellés, puso sobre el escenario del Falla el riguroso, entusiasta e impecable trabajo de casi 90 jóvenes músicos, hoy ya parte de la élite española del mundo de la música clásica.

La JONDE suena impecable, compacta, y solo si se va provisto al teatro de prismáticos, uno puede apreciar que se trata de jóvenes intérpretes, ya que la orquesta suena como profesional, y además de las grandes…Nada que envidiar, a casi nadie.

En cuanto al programa elegido para la ocasión, decir que, si bien no fue sorpresa, pues se anunció con suficiente antelación (incluso fue previsible de antemano que el bis fuera La Valse de M. Ravel), este respondió al trabajo serio que viene realizando la orquesta últimamente.

Supongo que por razones de organización orquestal, el estreno absoluto de la obra de la joven jerezana Nuria Núñez del Hierro “Donde se forjan las quimeras”, encargo del Consorcio, se interpretó en segundo lugar, en vez de abrir el concierto, lo que a priori hubiera sido más lógico.

En muy corto espacio de tiempo, y en el Gran Teatro Falla hemos tenido la ocasión de asistir a los dos estrenos absolutos de las primeras composiciones para orquesta sinfónica de Nuria Núñez del Hierro. El 18 de noviembre pasado fue la obra “La fragilidad del equilibrio”, y ahora esta nueva obra, que encuentra su inspiración en los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.

La obra estrenada, requirió la ubicación de varios pequeños grupos de músicos en los tornavoces del teatro, y una disposición especial de los violines en la orquesta, para conseguir los efectos sonoros que la compositora persigue en su obra. Su estructura está basada en bloques musicales diferentes y sucesivos, que encuentran su inspiración en otras tantas fuentes, buscando recrear la atmósfera del Cádiz Liberal de la época, como universo sonoro macroestructural de la composición. Diferentes sonidos son extraídos de la percusión, del viento madera, de los metales, y de los glissandos de la cuerda, arpegiando sonidos entre la orquesta y los músicos apostados en los tornavoces, dando como resultado un efecto curioso, no envolvente, pero sí cargado de un cierto estéreo ambiental. Todo un acierto el haber programado un estreno absoluto en esta cuarta edición del programa, que me consta ha contado con el decidido apoyo del Director de la JONDE y de la colaboración en los ensayos en la localidad de Pilas de la propia autora, Nuria Núñez  Hierro.

Además del estreno, el concierto contó con un programa de lujo, de los del gran repertorio.

Las Variaciones Concertantes, op. 23 de Ginastera son un verdadero clásico del S XX. Su elección por parte de la Joven Orquesta constituye un verdadero reto para la misma, por cuanto es una obra exigente con los diferentes intérpretes-solistas de la misma, que ven cómo la partitura pone a prueba su virtuosismo en cada una de las variaciones. Su ejecución nos dejó ver una excelente calidad en los jóvenes músicos de la JONDE, destacando clarinete, flauta y timbales, de entre unos músicos más que notables.

La última obra del programa fue la Séptima de Beethoven, elegida para la ocasión por la coincidencia de que se escribió entre 1811 y 1812. Su ejecución nos permitió disfrutar de una orquesta compacta, haciendo bien el trabajo y en mi opinión y sin ánimos de polémicas, con una correcta elección del tempi. Si en algo hay que poner peros, solo a la sequedad de sonido característica del Teatro Falla, que a la postre resta algo de plenitud al sonido de las maderas. Excelente por todo lo demás.

A modo de propina, fuera del programa de mano (por cierto, excelente) pero totalmente previsible, la JONDE interpretó para delicias de los presentes, La Valse, poème choréographique de Maurice Ravel. Con todos los músicos sobre el escenario, la Joven Orquesta interpretó de manera excelente esta composición de 1920, que inicialmente se concibiera para danza, pero que en la actualidad figura en repertorio como programación de los conciertos de grandes orquestas sinfónicas.

Con un largo y reconocido aplauso el público despidió a la JONDE, que continúa con una gira que la llevará a diversos lugares de la geografía española. Aquí en Cádiz, nos dejó un excelente sabor de boca.

PUBLICADO EN DIARIO DE CÁDIZ 14 ENERO 2011